lunes, 18 de junio de 2012

Antecedentes del problema

Se han desarrollado  proyectos similares al que aquí planteo; no obstante, el objeto de estudio ha versado sobre el segmento infantil. La labor es evidente en psicólogos y pedagogos haciendo uso de los conocimientos de ilustradores y profesionales en el campo del diseño o la comunicación visual.
En Latinoamérica se encuentran las investigaciones hechas por Víctor Montoya, pedagogo y escritor boliviano cuyas obras se basan en el compromiso social y han servido como base para proyectos basados en la importancia de las ilustraciones en los libros dirigidos a niños.
Analizando la problemática desde una perspectiva europea, hay quienes creen que la presencia de ilustraciones en la literatura infantil actúa en ocasiones de manera negativa a los intereses de padres, docentes o sociedad; sin embargo, persiste la postura que defiende la calidad de las imágenes en los libros como recurso para la comunicación y el aprendizaje. En investigaciones realizadas se afirma que el uso de libros con ilustraciones es básico como material didáctico y necesariamente tiene que ser considerado en las planeaciones y diseños curriculares; a pesar de esto, debe contar con ciertas consideraciones como la calidad o el enfoque que se les asigne.
La cultura japonesa ha hecho de la ilustración para jóvenes y adultos una actividad que gratifica de forma económica a quien la produce y en muchas ocasiones crea identidad en quien la lee. Numerosas investigaciones como las realizadas por psicólogos en la Universidad de Kyoto indagan las características y la forman en que influyen estas formas en los lectores que las consumen.
El “Libro-Album” es un género al que se la ha dado importancia en la actualidad; este híbrido de la literatura infantil y juvenil ha dado respuesta a los problemas de interés por la lectura; además, ha aumentado el valor artístico de la obra con el juego de formatos, materiales, empleo de retículas y demás elementos de diseño que lo componen. Numerosas investigaciones han buscado encontrar y analizar los elementos que intervienen para que esta herramienta logre no sólo el gusto por las imágenes, sino la variedad de interpretaciones y relaciones que los lectores tienen con el contenido de la misma.
En México se han abierto líneas de investigación en el campo de la literatura infantil y juvenil; existen seminarios y talleres que abordan desde perspectivas multidisciplinarias esta temática. El uso de proyectos extranjeros evidentemente se hace necesario y los resultados se ponen en práctica, por lo general,  en actividades relacionadas con la educación.

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